16/07/2017 by Jess
Galletas de Avena, Plátano y Chocolate
Hoy sí que sí Mad Bakers, hoy os traigo la receta MÁS FÁCIL – y probablemente más rápida – del mundo!
La hice pensando en mi compi de trabajo Will, que por prescripción médica está sin poder comer harina de trigo y levadura … imaginaros cuántas de las cosas que hago puede comer. Ya os lo digo yo, ninguna.
Cuando le conté a mi jefe la receta que había hecho, su comentario fue: “vamos que esto es comida de pájaros con chocolate no?” Lo digo porque cuando veáis los ingredientes vais a pensar esto sí o así, pero de verdad que están muy ricas, y es una receta de lo más healthy así que podéis comer todas las galletas que horneéis sin tener remordimiento alguno.
Empezamos con la receta!
Ingredientes
- 1 plátano
- 50 gramos de avena
- 25 gramos de chips de chocolate
Si en algún momento tenéis plátanos en casa que veáis que están maduros y no pensáis comerlos en el momento, podéis hacer esta receta, o si no queréis encender el horno podéis congelarlos y en cuanto vayáis a hacer la receta los descongeláis y perfectos para utilizarlos 🙂
Lo primero que haremos será precalentar el horno a 175 grados, y preparar una bandeja de horno con papel para hornear.
A continuación y con ayuda de un tenedor aplastamos todo el plátano hasta que sea como un puré – el plátano lo utilizamos como sustituto del huevo, esto lo podemos hacer en casi todas las recetas de repostería.
El siguiente paso es añadir la avena y los chips de chocolate al puré de plátano y remover muy bien
El último paso es formar pequeñas galletitas – aviso que la masa es pegajosa. En esta ocasión no os tenéis que preocupar de si la galleta se va a extender mientras se hornea, la forma con la que entre en el horno va a ser la que va a mantener hasta el final.
Así que os aconsejo que con una cuchara vayáis cogiendo porciones de masa, hagáis una bolita y que cuando la dejéis en la bandeja la aplastéis
Llevamos la bandeja al horno y dejamos las galletas unos 15 minutos, o hasta que veamos los bordes doraditos.
Cuando las sacamos del horno, dejamos que se enfríen sobre la bandeja de horno y una rejilla y en cuanto queramos podemos empezar a comerlas 🙂
Ya os dije que era la receta más fácil del mundo, sinceramente creo que me va a costar volver a hacer una receta tan tan sencilla.
Espero que os haya gustado y que no tardéis en probarla!!
Que tengáis una semana genial
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